El glamour clásico se apoderó de la Met Gala este lunes en Nueva York. Las estrellas del cine, la música y el espectáculo rindieron un homenaje a la época dorada de Estados Unidos. Este año las excentricidades bajaron de nivel, pero las sorpresas y creatividad se mantenieron al tope. Una de esas sorpresas fue dada por Kim Kardashian, quien aterrizó en la alfombra roja con un vestido ajustado de color carne recubierto de brillantes que evocaba a Marilyn Monroe, pues ¡sí era el vestido de ella!.
La modelo y empresaria, que llegó acompañada por el humorista Pete Davidson, su nueva pareja, fue la que más se hizo esperar entre más de 300 famosos. Ella usó el mismo atuendo que Monroe empleó en su célebre canción Happy Birthday Mr. President, en vísperas del 60 aniversario de la muerte del ícono mundial John F. Kennedy.
La revista Vogue, asegura que se trata del vestido original que Monroe usó en 1962; es más la propia Kardashian lo cuenta en una entrevista al medio especializado en moda. “La idea se me ocurrió después de la gala de septiembre del año pasado. Pensé: ¿qué habría hecho para el tema estadounidense si no hubiera ido de Balenciaga? ¿Qué es lo más estadounidense que se me ocurre? Pues Marilyn Monroe”, contó Kardashian.
“Para mí el momento más Marilyn Monroe es cuando cantó el Cumpleaños feliz a JFK, ese fue el look”, añadió la modelo.ç
Al igual que Monroe, Kardashian acompañó su look con un cabello rubio platinado. Para esto se sometió a un proceso de descoloración de 14 horas.
Se conoce que Monroe pagó al diseñador Jean-Louis $1.440 por la prenda a medida. Su primera venta fue en 1999 por más de un millón de dólares en Christie’s como parte de una venta de su patrimonio. Luego se vendió por $4,8 millones en Julien’s Auctions en 2016, y posteriormente fue adquirida por el museo Ripley’s Believe It Or Not. En la actualidad es el vestido más caro vendido en una subasta.
“Soy una gran aficionada a las subastas y tengo varias piezas de JFK, así que conozco al dueño de Julien’s. Él pudo ponerme en contacto [con Ripley’s] y así fue como empezó la negociación”, expuso Kardashian a Vogue.
Al ser una pieza costosa y de valor histórico, tuvo un traslado con todas las seguridades del caso. “El vestido viajó custodiado por guardias y tuve que ponerme guantes para probármelo”, contó la socialité al medio internacional, quien tuvo que someterse a una dieta estricta para poder entrar en el vestido de Marilyn Monroe.
“Me ponía un traje de sauna dos veces al día, corría en la cinta, me quité por completo el azúcar y los carbohidratos y solo comía verduras y proteínas sanas”, reveló.
“Me entraron ganas de llorar de alegría cuando pude subírmelo”, acotó.
Creada en 1948, la gala estuvo durante mucho tiempo reservada a la muy alta sociedad neoyorquina. Pero Anna Wintour, que está a cargo desde 1995, asegura que la transformó en un evento de famosos, adaptado a la era de las redes sociales. Este año, el título de copresidente honorario también se le ofreció al jefe de Instagram, Adam Mosseri, junto a Wintour y a Ford.
El exclusivo evento, que recauda fondos para el Instituto de Moda del Museo Metropolitano de Nueva York (Met) y sigue una temática marcada, se celebró de nuevo el primer lunes de mayo, como era tradición desde los años noventa hasta que la pandemia obligó a cancelar la cita en 2020 y a posponerla a septiembre el año pasado.